September 25, 2015

Alégrense en el Señor

Una cálida bienvenida estilo hoosier para el papa Francisco

Archbishop Joseph W. Tobin

Al momento de leer esta columna, la Iglesia Católica en Estados Unidos estará celebrando la histórica visita pastoral de nuestro Santo Padre, el papa Francisco, a nuestro país. En nombre de toda la gente del centro y del sur de Indiana que vive en la Arquidiócesis de Indianápolis, ¡le extiendo una cálida bienvenida al mejor estilo hoosier!

Yo mismo he sido acreedor de la hospitalidad de los hoosiers. Cuando comencé aquí mi ministerio, hace menos de tres años, sentí el calor y la efusión de la bienvenida de los católicos y las personas de otros credos que viven en Indiana.

Debo confesar que al principio pensaba que la “hospitalidad hoosier” no era más que un lema publicitario, pero pronto descubrí que esta región posee una forma característica, genuina y muy sentida de dar la bienvenida. Y esa es la bienvenida que deseo extender al papa Francisco a su llegada a los Estados Unidos en su primera visita aquí como Obispo de Roma.

Para poder cumplir con el calendario de publicación del The Criterion debo redactar esta columna varias semanas antes de que el periódico se imprima y distribuya a todo lo largo y ancho de la Arquidiócesis. Esto significa que no sé con exactitud qué dirá o hará el papa Francisco durante su estadía aquí. (Como probablemente ya sabe, el papa a menudo deja a un lado su guion y el programa publicado para atender a las oportunidades pastorales que se le presentan a lo largo del camino).

Dado que no puedo comentar sobre lo que ha ocurrido (o está ocurriendo ahora mientras usted lee estas palabras), permítame ofrecerle algunas reflexiones sobre lo que considero que probablemente sucederá cuando el papa Francisco nos visite; después, podrá comparar estas “predicciones” con lo que sucedió en realidad.

Pero primero, quiero dejar algo en claro: Si bien los católicos creemos que el Obispo de Roma puede, en ciertas condiciones muy limitadas y estrictamente definidas, hacer declaraciones infalibles, ningún obispo es infalible. ¡Tenga esto presente al leer mis predicciones sobre lo que ocurrirá cuando el papa Francisco se encuentre entre nosotros!

Mi primera predicción: El Santo Padre hablará acerca de los pobres y de nuestro deber como personas bendecidas con abundancia, de desempeñar una función de liderazgo para unirnos a nuestros hermanos pobres, tanto aquí en casa como en todo el mundo. El Papa nos presentará el desafío de compartir nuestros recursos con los pobres, pero también nos exhortará a que hagamos todo lo posible para crear condiciones económicas, sociales y políticas que favorezcan el desarrollo, la productividad y la prosperidad de todos los seres humanos.

Mi segunda predicción: Algunos malinterpretarán el mensaje del Papa y lo asociarán a una ideología contraria a las nociones sobre las que se fundamentan los Estados Unidos. Si esto sucede, rezo para que todos mantengan una mente y un corazón abiertos. El Papa habla como pastor, no como político o economista. El discurso del Papa Francisco en cuanto a las cuestiones sociales no es distinto del de sus predecesores, San Juan XXIII, Pablo VI, San Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero realiza gestos simbólicos (como por ejemplo conducir un automóvil viejo) para ilustrar las enseñanzas de la Iglesia, y estas acciones a menudo llaman la atención y crean controversia.

Mi tercera predicción es que la sonrisa que ya resulta familiar para todos y el evidente sentido del humor que caracteriza al papa Francisco son los factores que predominarán en las narraciones de los medios de comunicación y en las redes sociales. Millones de personas vivirán (de forma directa o por vía virtual) el evangelio de alegría que este Papa predica en sus visitas pastorales en todo el mundo.

Mi cuarta predicción es que los medios de comunicación dedicarán buena parte del tiempo a asuntos controversiales como el matrimonio de parejas del mismo sexo y el cambio climático, y muy poco a explorar los principios fundamentales que representan el trasfondo de estas cuestiones. Es triste decirlo, pero es probable que las enseñanzas del Papa en cuanto a la dignidad de todas las formas de vida humana y el deber sagrado de cuidar y proteger a toda la creación divina, se vean eclipsados por relatos más superficiales de su mensaje.

Mi última predicción —que también encierra mi profunda esperanza—es que la Iglesia católica en Estados Unidos experimente una genuina renovación de fe y de su compromiso, motivada por la visita del Santo Padre. También predigo que todas las personas de buena voluntad, nuestros amigos y vecinos aquí en Indiana y en todo Estados Unidos, reconocerán al papa Francisco como un hombre de Dios cuyo único deseo es unirnos en la búsqueda de la verdad y del bien común.

En nombre de toda la comunidad católica del centro y el sur de Indiana, y de todos nuestros hermanos y hermanas del estado de Indiana, deseo ofrecerle una cálida bienvenida a estilo hoosier al hombre oriundo de Argentina que ahora se desempeña como el Obispo de Roma. Aquí lo recibimos con los brazos abiertos, papa Francisco. ¡Una cálida bienvenida de parte de todos los hoosiers, Santo Padre! †
 

Traducido por: Daniela Guanipa

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