Graduados del Instituto de Pastoral Intercultural animados a aprovechar la ‘hermosa oportunidad de ser profetas de la esperanza’
(En inglés)
Los graduados del Instituto de Liderazgo Pastoral Hispano de la Arquidiócesis retratados con varios sacerdotes después de una ceremonia de graduación en la Iglesia de San Andrés Apóstol en Indianápolis el 3 de julio. En total, 22 personas recibieron diplomas como parte de la octava clase de graduados en liderazgo pastoral de la Arquidiócesis. (Foto enviada)
Por Mike Krokos
Oscar Castellanos felicitó a los nuevos graduados del Instituto Pastoral Intercultural de la Arquidiócesis (IPI), pero también les dijo que se esperaría mucho de ellos.
“El liderazgo exige precaución. A medida que avancemos, les impondrán el título de ‘líder’ solo por el hecho de haber recibido la certificación,” dijo el director arquidiocesano de la Oficina de Ministerio Intercultural a los 22 graduados del programa de liderazgo pastoral del Instituto. “La gente tendrá expectativas: su familia, su comunidad e incluso su pastor. Una vez más, el liderazgo por definición implica salir de su comodidad, dispuestos a desafiar a la gente con los valores del Evangelio. Este es el momento ideal, una hermosa oportunidad para ser profetas de esperanza.”
Castellanos pronunció este discurso el 3 de julio durante las vísperas solemnes celebradas por los graduandos del Instituto en la Iglesia de San Andrés Apóstol en Indianápolis. El objetivo del Instituto es formar líderes pastorales y catequistas dentro de las diversas comunidades étnicas de la Arquidiócesis.
“Ahora más que nunca, se invita a la Iglesia en los Estados Unidos y a la comunidad hispana a redefinir nuestra comprensión del liderazgo,” señaló Castellanos. “Los desafíos y las oportunidades actuales requieren una adaptación de las formas tradicionales de servir, liderar y transmitir nuestra fe a las nuevas generaciones.”
Asimismo, señaló que los dos años de formación en los que participaron los graduados les ofrecieron “una oportunidad para aprender a amar, educando la mente y el corazón de los participantes a través de una formación integral.”
“Hemos hecho más que adquirir nueva información. El Instituto Pastoral es solamente un instrumento que nos permite facilitar una experiencia educativa. La autorreflexión ha sido la forma característica de operar.”
En el discurso para sus compañeros graduandos, Isabel Franco dijo que graduarse del programa de liderazgo pastoral del Instituto fue una experiencia que le cambió la vida.
“Hoy siéntanse orgullosos de estar presentes, vistiendo esta toga de color azul,” dijo Franco, miembro de la Parroquia del Espíritu Santo en Indianápolis. “Esta toga que no solo representa el final de esta etapa sino, que representa los obstáculos y pruebas que tuvimos que pasar para poder estar aquí hoy.”
Esos obstáculos, dijo Franco a sus compañeros, incluyeron lidiar con el coronavirus esta primavera, lo cual los llevó a estar en cuarentena y a tomar clases en línea. Pero la pandemia no impidió que los graduados cumplieran con su objetivo de completar su trabajo del curso.
“Cada uno sabe lo que lo motivo para entrar a este camino de formación, el apoyo que recibió, o si entró solo como un requisito que le pusieron en su ministerio para seguir creciendo en formación” expresó. “Sea cual sea el motivo que nos trajo, quien nos mantuvo y tiene hoy aquí no es más que nuestro Señor.”
Si bien algunos alumnos abandonaron el programa después del primer año, otros llegaron poco después e invirtieron tiempo y energía, y compartieron sus dones para ayudar a otros a crecer en sus vidas de fe, señaló Franco.
“En este último año también fuimos descubriendo y reflejando los dones que caracterizan a nuestros compañeros e hicimos reconocimiento en clase a algunos de ellos; festejamos y convivimos con comida, bebidas y dinámicas,” recordó. “Y aun a pesar de que algunos eran puntuales, mientras que otros llegábamos después de que sonara la campana, siempre estuvimos en el mismo tiempo, el tiempo de Dios. Y aquí incluyo a aquellos que después de un año, o un poquito más, están hoy aquí. No importa lo que lleve el alcanzar una meta, lo que cuenta es que la alcancemos, y hoy celebramos juntos nuestros esfuerzos y perseverancia.”
Franco también agradeció a los instructores del Instituto por la ayuda dispensada a los alumnos en su camino durante el programa.
“Nuestros maestros … que nos dieron momentos de pensar lo que no entendíamos, que nos enseñaron a desmenuzar lo que aprendíamos, que nos movieron a ver por el bien común y a ser servidores, que nos ayudaron a aprender nuevas cosas, aclararon nuestras dudas y al mismo tiempo nos ayudaron a descubrir nuestros dones y estilos de liderazgo,” afirmó. “Pero, sobre todo, gracias a Dios por permitirnos estar aquí.”
Franco también citó un versículo del Evangelio según san Lucas para animar a sus compañeros a dejar que su luz brille mientras sirven como ministros de la Iglesia: “Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entran vean la luz” (Lc 8:16).
“Así nosotros compañeros, no es casualidad que hoy estemos aquí, siendo lámparas que ni una pandemia puede apagar, así que sigamos adelante a donde nos lleva el Señor para seguirle sirviendo y para que los que entren a donde estemos, puedan ver y conocer la luz de nuestro Señor.”
(Para conocer más sobre el Instituto para Ministerios Interculturales y su programa, visite www.archindy.org/multicultural.) †